Helena,
hija de Zeus y de Leda, motivo de la guerra de Troya, según se dice la mujer
más hermosa del mundo de aquellos años, tuvo cuatro maridos. Teseo, que la
raptó aún niña y no se sabe si se acostó con ella, Menelao, que se convertiría
gracias a ese casamiento en el rey de Esparta, Paris, hijo del rey de Troya, que
en ausencia de Menelao se la llevó a su ciudad, y Deífobo, hijo de Príamo, que
se casó con ella a la muerte de Paris. Para que luego, con la caída y
destrucción de Troya, Helena regresara con Menelao.
Se dice que
cuando los griegos tomaron Troya, muerto ya Paris, cuando el marido troyano de Helena
era Deífobo, ella sustrajo todas las armas que había en la casa para que no se
pudiera defender, y Menelao, después de matarlo, levantó su espada contra ella,
pero a Helena entonces le bastó con mostrarse medio desnuda, para que Menelao
cambiara su decisión y la aceptara nuevamente.
También se
dice que cuando cayó Troya Helena negoció con su esposo Menelao su regreso a
Esparta refugiada en el inviolable templo de Afrodita, y cuando Menelao aceptó
llevarla sana y salva y restituirla a su anterior posición, el ejército griego,
que veía a Helena como una traidora, quería lapidarla, pero debido a su belleza
las piedras cayeron de sus manos.
Otra
versión cuenta que cuando los griegos tomaron Troya, Odiseo y Menelao se
dirigieron a la casa de Deífobo, donde sostuvieron un encarnizado y sangriento combate,
en el que vencieron sólo con la ayuda de Atenea. No está claro quien de los dos mató a
Deífobo. Hay quienes dicen que fue la propia Helena, que le clavó una daga por
la espalda. Esa acción, sumada a la visión de sus pechos desnudos, debilitó
tanto la resolución de Menelao, que había prometido matarla, que arrojó la
espada lejos y la llevó sana y salva a las naves. El cadáver de Deífobo sufrió
salvajes mutilaciones.
Fuentes:
Robert
Graves: Los mitos griegos
Pierre
Grimal: Diccionario de mitología griega y romana
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