Uno de los
doce trabajos que debió realizar Heracles (Hércules para los romanos) por haber matado a sus hijos y a dos de sus sobrinos en un ataque de locura, fue
ahuyentar las aves de Estínfalo. Heracles sufrió esa locura momentánea y asesina por obra de la Diosa Hera.
Los trabajos que debió realizar se prolongaron por
doce años. En ese tiempo debió convertirse en servidor de Euristeo, primo del
padre de Heracles, rey de Micenas, un hombre muy cobarde que temía tanto a
Heracles que le comunicabalos trabajos que Heracles debía cumplir por medio de un
asistente, Copreo. Además había estipulado que dejara lo que trajese como resultado de esos trabajos a las puertas de la ciudad, y se había hecho construir una urna de
bronce para resguardarse en ella en caso de que Heracles lo quisiera agredir.
Según
Robert Graves, que de los libros que consulté presenta la versión más atractiva de este mito, las aves de Estínfalo estaban consagradas a Ares, Dios de la
guerra. Tenían el pico, las alas y las garras de bronce.
Eran aves antropófagas. y sus excrementos arruinaban la agricultura. Espantadas
por unos lobos de su lugar de origen, se habían asentado en el pantano de Estínfalo. Allí cada tanto salían
en grandes bandadas y mataban y devoraban hombres y animales. Heracles fue al
pantano a tratar de espantarlas con sus flechas, pero eran tantas que se dio
cuenta que ese método era inviable. Entonces Atenea lo ayudó. Le dio unos
címbalos de bronce construidos por Hefestos (o una matraca) que Heracles hizo
sonar muy fuerte desde una de las elevaciones del monte Cílene, desde donde se domina el pantano. Las aves huyeron muy asustadas. Mientras
escapaban mató a muchas con sus flechas. Se refugiaron en la isla de Ares, en el Mar
Negro.
Las aves de
Estínfalo eran del tamaño de las grullas y tenían una forma semejante a la del
íbis. Tenían picos que no eran curvos, que podían atravesar corazas de metal. Había también en Arabia, donde atacaban a los viajeros atravesando sus pechos con sus
picos. En esa región los cazadores utilizaban unos protecciones hechas con
cortezas de árbol entrelazadas, que enredaban sus picos y los retenían
enganchados, dándole así a los cazadores la oportunidad de estrangularlas con
sus manos.
Se dice que
las aves de Estínfalo una vez habían sido las hijas de Estínfalo y Ornis, que
Heracles las había matado porque se negaron a hospedarlo en su casa mientras que habían recibido a sus enemigos los Moliónidas. En
Estínfalo, en un templo dedicado a Ártemis, colgaban del techo imágenes de aves
de Estínfalo, y fuera del templo había estatuas de muchachas que
tenían patas de ave.
Robin Hard
atribuye gran parte de lo narrado por Robert Graves a Pausanias, en tanto que
señala que en las versiones primitivas de este mito las aves no eran
antropófagas ni tenían partes de metal. Que simplemente eran una molestia
debido a su gran número.
Fuentes:
Robert Graves, Los mitos griegos.
Pierre Grimal: Diccionario de mitología griega y romana.
Robin Hard: El gran libro de la mitología griega.
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