Tiresias fue un famoso adivino ciego de la ciudad de Tebas, que tuvo una larga vida, que duró siete generaciones, y tuvo una hija y un nieto que también fueron adivinos. Existen dos
historias que tratan de explicar el origen de sus poderes adivinatorios y el origen de su ceguera, porque no tenía o no era ninguna de esas dos cosas de nacimiento.
.
Según la primera historia Tiresias vio accidentalmente a Atenea desnuda mientras ella se bañaba. La diosa entonces le puso la mano
sobre los ojos y lo dejó ciego. Pero lo compensó otorgándole el don de la
adivinación.
Según la segunda historia cuando Tiresias era joven, una vez vio a dos serpientes apareándose. No
está claro si las separó, las hirió o mató a la hembra. Después de hacer eso, de lo que no se está seguro, quedó convertido en mujer. Así vivió siete años, hasta que
volvió a encontrar una pareja de serpientes apareándose. Actuó entonces de la misma
manera que la vez anterior y recuperó su sexo masculino. Tiempo
después Hera discutía con Zeus acerca de cuál de los dos obtiene más placer del
sexo, si la mujer o el hombre. Zeus decía que la mujer y Hera sostenía la
posición opuesta. Decidieron preguntarle
a Tiresias, que había tenido los dos géneros y era el único que podía responder por experiencia propia. Dijo que si el placer sexual
estuviera formado por diez partes, entonces el placer que obtiene el hombre
equivaldría a una de esas partes, y el placer de la mujer a las otras nueve.
Contrariada por haber sido contradecida, Hera dejó a Tiresias ciego.
Para compensar su desgracia, y probablemente porque Tiresias había contestado la pregunta tal como quería, Zeus le otorgó poderes adivinatorios que no
perdería ni cuando muriese y fuera al Hades. Así, después de muerto, pudo
aconsejar a extraviado Odiseo.
Fuentes:
Pierre
Grimal, Diccionario de mitología griega y romana
Robert
Graves, Los mitos griegosRobin Hard, El gran libro de la mitología griega
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