Guarda griega

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domingo, 2 de marzo de 2014

Jasón y los argonautas perdidos en el desierto, en Libia



Durante el regreso de Jasón y los argonautas a Grecia, ya con Medea a bordo y casada con Jasón, mientras navegaban por el mar Mediterráneo, cerca de Sicilia, un viento norte muy fuerte los empujó durante nueve días hacia la costa de África, y una gran ola arrastró al Argo al interior de Libia. Al retirarse la ola se encontraron con que los había dejado varados en la tierra, en medio de un desierto inanimado. Los argonautas sintieron entonces que iban a morir, pero mientras dormía, en su sueño una diosa local le dio ánimos a Jasón. Impulsado por esa confianza montaron el Argo sobre rodillos y lo empujaron por el desierto, a lo largo de varios kilómetros, hacia el lago Tritonis, labor que les insumió doce días. Los argonautas habrían muerto de sed de no haber hallado un manantial que había hecho surgir del suelo recientemente Heracles, que había pasado por allí para dar cumplimiento a uno de sus doce trabajos.

En el transcurso de su estancia en Libia dos argonautas murieron. A Canto lo mató un pastor porque quiso robarle una oveja. Los compañeros de Canto lo vengaron. Y Mopso, uno de los adivinos que llevó Jasón a su aventura, pisó una serpiente. En Libia eran comunes las serpientes, según se decía, porque Perseo había pasado por allí llevando la cabeza cortada de la Medusa, y las gotas de su sangre que habían caído en la tierra les habían dado origen.

Al término de los doce días los argonautas botaron el Argos en el lago de agua salada Tritonis, navegaron por él, pero no encontraban salida y no sabían cómo volver al mar. Antes de salir de Grecia, Jasón había visitado el oráculo de Delfos y la pitonisa le había dado dos trípodes de bronce macizo. Los trípodes eran objetos sobre los que la pitonisa se sentaba para emitir los oráculos. El argonauta Orfeo aconsejó entonces a Jasón que utilizara  uno de los trípodes para propiciar a los dioses locales. Así lo hizo y se les apareció Tritón, un dios marino, que también se considera el dios de ese lago. Se les apareció bajo el aspecto de Eurípilo. Dio un puñado de tierra al argonauta Eufemo como un presagio de la ida de sus descendientes a Cirenaica (Libia) y señaló a los griegos el río Tacape, por el que debían tomar para llegar al Mediterráneo.  En el agua Tritón arrastró al Argo tirándolo de la quilla hasta que alcazaron el mar.

Fuentes:
Robert Graves, Los mitos griegos
Pierre Grimal, Diccionario de mitología griega y romana
Robin Hard, El gran libro de la mitología griega 

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