En
el prólogo de "Biblioteca Mitológica", Apolodoro, publicado por
Alianza Editorial, Julia García Moreno distingue, a nivel de pueblos y culturas,
tres fuentes de la mitología griega.
En
primer lugar un pueblo de origen desconocido, que en el III milenio a. C. vivía
en la Hélade y su máximo logro fue la civilización cretense o minoica,
denominación que recuerda al rey Minos. Como era una cultura agrícola sus
dioses eran elementos de la naturaleza divinizados. Se cree también que fue una
sociedad matriarcal y ese rasgo se refleja en la mayor importancia de las
diosas respecto de los dioses en su religión. Deidades no demasiado
diferenciadas (o sea no demasiado definidas), aunque femeninas, poblaban la tierra. Su religión tenía puntos de contacto con el panteísmo.
Su deidad máxima era la madre tierra, generadora de vida, que era fertilizada
por los elementos naturales divinizados. A ella se asociaba determinados
animales, como la serpiente y el toro.
En
segundo lugar (este orden es expositivo, no en función de la importancia de
cada fuente de la mitología griega, en el prólogo no se distingue el grado de importancia de cada una) se hallan ciertos pueblos indoeuropeos que se
movían por el centro de Europa. Eran nómades, de índole guerrera y organización
patriarcal. Sus dioses más importantes eran, por ende, masculinos. Se trataba
de dioses antropomórficos, a diferencia por ejemplo de la
madre tierra ya mencionada. Escribe García Moreno que los dioses de estos
indoeuropeos "dominan las fuerzas de la naturaleza, sin confundirse con
ellas." Su
deidad suprema era un dios de la luz, el día y las tormentas. Lo llamaban Dhyeus
o Dhyeus Pater y se lo considera el
antecedente del Zeus griego(1).
Los
pueblos indoeuropeos llegaron a Grecia hacia el 1800 a. C. y sometieron a la
población local, destruyeron la civilización cretense y crearon los reinos
aqueos (2). Así se dio una fusión o sincretismo de culturas y creencias
religiosas muy estrecho, de modo que en todas las manifestaciones culturales posteriores se
pueden rastrear los componentes que aportaron uno y otro pueblo.
García
Moreno señala que este sincretismo resulta evidente si se presta atención a la
evolución de los dioses de la mitología griega y al proceso de
antropomorfización creciente que se operó. En Gea y Urano el
componente "elemento de la naturaleza" era muy fuerte en
relación con sus rasgos humanos. Sus diversos hijos fueron en muchos casos monstruosos,
pero los más evolucionados ya no tenían un componente inhumano, sólo salvaje (Crono se traga a sus hijos porque teme que alguno de ellos le quite el mando). Los
hijos de Crono y Rea continuaron el proceso de humanización, aunque todavía se
encontraban algo alejados de mujeres y hombres. Son finalmente los hijos de
estos: Atenea, Apolo, Dionisio, Hefesto..., quienes completan el proceso (3)
Como
tercer fuente que alimenta la mitología griega se debe tomar en cuenta a oriente (4). Muchos de los dioses, cultos, mitos griegos provienen de
allí. Por ejemplo dioses tan fundamentales como Apolo, Afrodita, Dionisio.
Notas
(1)
Dhyeus también recuerda la palabra Dios. Nota del autor del blog.
(2)
Los aqueos, según Wikipedia, pueblo indoeuropeo, llegaron a Grecia hacia el
1800 a. C., fundaron los reinos de Micenas y Tirinto y hacia 1400 a. C.
conquistaron la isla de Creta.
(3) O sea, según esta interpretación, el pasaje de dioses que se confunden con las fuerzas naturales y parecen nacidos de una concepción panteísta a dioses de rasgos marcadamente humanos no refleja tanto la evolución de los mitos de un pueblo sino la fusión de las creencias de dos pueblos distintos, uno de ellos sometido. Nota del autor del blog.